martes, 9 de noviembre de 2010
Chiste del dia
LA VIEJITA
Una viejita fue un día al Banco llevando un bolso lleno de dinero. Insistía en que quería hablar con el presidente del Banco para abrir una cuenta de ahorros porque "es mucho dinero".
Después de mucho discutir la llevaron ante el presidente del Banco. Este le pregunta cuánto quería ingresar. Ella dijo que dos millones de dolares y vacía su bolso encima de la mesa.
El presidente naturalmente sentía curiosidad por saber de dónde había sacado tanto dinero y le pregunta:
- Señora, me sorprende que lleve tanto dinero encima, ¿de dónde lo ha sacado?.
La viejita contesta:
- Hago apuestas.
- ¿Apuestas?, - pregunta el presidente -. ¿Qué tipo de apuestas?.
La viejecita contesta: bueno, por ejemplo, ¡le apuesto a usted un millón a que sus huevos son cuadrados!.
El presidente soltó una carcajada y dijo:
- Esa es una apuesta estúpida. Usted nunca puede ganar una apuesta de este tipo.
La viejecita lo desafía:
Bueno, ¿estará usted dispuesto a aceptar mi apuesta?.
- Por supuesto, respondió el presidente.
- Apuesto un millón de dolares a que mis huevos no son cuadrados.
La viejita dijo:
- De acuerdo, pero como hay mucho dinero en juego, ¿puedo venir mañana a las 10h con mi abogado para que haga de testigo?.
- Por supuesto, - respondió el confiado presidente -.
Aquella noche el presidente estaba muy nervioso por la apuesta y pasó largo tiempo mirándose sus huevos en el espejo, volviéndose de un lado a otro una y otra vez. Se hizo un riguroso examen y quedó absolutamente convencido de que sus huevos no eran cuadrados y de que ganaría la apuesta.
A la mañana siguiente a las 10h en punto la viejita apareció con su abogado en la oficina del presidente. Hizo las oportunas presentaciones y repitió la apuesta de un millón de dolares a que los huevos del presidente son cuadrados.
El presidente aceptó de nuevo la apuesta y la viejita le pidió que se bajara los pantalones para que todos las pudieran ver. El presidente se los bajó. La viejecita se acercó y miró sus huevos detenidamente y le preguntó si los podía tocar.
- Bien, de acuerdo, dijo el presidente, un millón de dolares es mucho dinero y comprendo que quiera estar absolutamente segura.
Entonces se dio cuenta de que el abogado estaba golpeándose la cabeza contra la pared. El presidente preguntó a la viejita:
- ¿Qué le pasa a su abogado?.
Ella contestó:
- Nada, sólo que he apostado con él cinco millones de dolares a que hoy a las 10 tendría los huevos del presidente de un Banco en mis manos.
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